Bienvenidos a Borradores y Notas

Por aqui estamos ordenaba el jardin que les parece aqui

Ordenando el caos

Limpiar esto es complejo la nana de supersonicos tuvo libre Esta wayna pasa saliendo.

La casa limpia aire fresco que tal estamos

Su guapo Pastel su Cafe que prefieren es fresca la tarde no

Este lugar es Agradable

Ahora esta que llueve o a lo mejor prefieren un vinito Navegado a la Canela

Y ahora que andado su mirada que tal el Mauseleo

Bueno pueden pasar a ver un par de relatos si los comentan mejor, me agrada su compañia

Dijo Algo Como...


        Cuando se quedo sentado en el sillón mientras empacábamos para marcharnos de allí me dijo haz visto esa chica la ha vista, ella me a dicho que no nos marcháramos, mejor aun me a dicho que no me vaya de allí, en realidad no entendía nada el alquiler había subido más de la cuenta y las ultimas liquidaciones venían con mayores descuentos era cierto mi hijo necesitaba un padre no supe que decir luego de eso dejo todo tirado como si algo especiales pasara en su cabeza, como si algo que realmente no sabia le comenzaba a atormentar a producir miedo que lograba sentir apenas me quede mirando esa fotografía de quiera no lo sabia comencé a recordar pero fue en vano siguió obsesionado casi como una especie de llamado que no lograba entender.

La Niña en la Ventana
basta dije es mejor que nos demos prisa el autobús debe pasar cerca de las 6 y estamos algo atrasado, espera me dijo y corrió hasta la cocina que estaba totalmente desmantelada el fin de semana habían venido desde esa empresa y sacaron gran parte de los muebles ademas en las alcantarillas ahora abiertas se lograba sentir un mal olor seguí guardando varias otras cosas recuerdos de amigos que se suelen ir apenas hago una fiesta o simplemente las relaciones actuales se hacen al pasar cuanto extraño varios días de aquellos que ya solo existen en la memoria de algunos. regreso con un pequeño bolso de cuero nunca antes lo había visto y se lo pedí preguntándole de que se trataba en un primer momento no me lo quiso pasar per
o le insisti y me lo entrego lo abrí y en el interior habían varios papeles y uno de ellos llamo mi atención....


Prescindir


Tome asiento en la cafetería, camino a la oficina, puse la carpeta, que Francisco me había entregado con las cuentas, las había revisado en más de una ocasión.
Estaba molesta, en realidad, si el técnico hubiera llegado el viernes, dentro del horario, las hubiera terminado en la computadora, esa misma tarde. Si tráigame además un bollo de manjar y tres sobres de azúcar. Es un problema grave, esto de la azúcar, ya lo había hablado con el medico, pero es imposible, no tomarme un café con tres sobre de azúcar.

Caja de Fotografias

Caja de Fotografías

No habían tenido el mínimo de decencia, sus vidas estaban siendo un bizarro cuadro patético de una pareja lejano a toda naturaleza conocida. Ninguno de los dos se habían preguntado nada sobre los afectos, aquellos afectos de sentido común que mueven en el silencio al mundo o a la humanidad toda.
Deja de martillar, molestas hasta como tu asquerosa ropa, toda tirada aquí, la mujer se notaba molesta, llena de odio, nunca antes lo había sentido. Todo quedo en silencio.
No pasaron más de 15 minutos, el hombre aun mal humorado dijo, no quiero ser un simple cadáver, deseas un toque. No vuelvas a pronunciar esas malditas palabras eres patético, patético. El grito de unos gatos peleando en la calle, el ladrido de todos los quiltros algo mal olientes que se paseaban por la calle todas las noches.
Crujieron algunas maderas y el hombre siguió martillando esta vez sin detenerse, el clavo quedo 2 centímetros salido de la pared.
El agua de la ducha, sonaba como cascada, al golpear en el piso húmedo del baño, se sintió un grito tenue casi inaudible y retorno el silencio, tétrico, salvaje.
La luz se corto en toda la cuadra primero y luego en las calles como una baraja de cartas de domino ordenadas una al lado de la otra, precipitándose sobre la mesa. Después toda la ciudad estaba a oscuras.
El hombre de mediana estatura dijo un par de garabatos y volvió a dejar el cuadro en el piso, saco de su caja de herramientas una pequeña linterna y la encendió. La mujer se quedo entre las sombras sin moverse en ningún momento pensaba en Jaime aquel estúpido una y otra vez como un juego patético, como una noche en que sin mediar palabra le estrello la mano empuñada rosándole el pómulo izquierdo casi jab casi un apercout. El respeto en ellos se había acabado hacia 1 año.
Pero hoy era una fecha importante, habían hecho méritos de sobra, ambos lo sabían pero ella no le dio su brazo a torcer, pareció decir no hay ganadores y continuo inmóvil siguió inmóvil.
El segundo grito algo más escandaloso, pero rápido corto, como cuando apagas una luz y la luminosidad se va perdiendo instantáneamente de la habitación y de la ciudad.
Que había pasado se preguntaban tres o cuatro personas, que a la mañana siguiente, caminaban al otro lado calle y de allí tres cuadras hacia abajo, hasta la parada de autobuses.
La puerta estaba abierta, en el patio estaban tirados el televisor de plasma nuevo, ropa y las tres cortinas, además de un mueble de velador, que Jaime y Carolina habían comprado en la tienda.
Solo uno, de esos varios transeúntes, que bajaban para tomar el autobús, se detuvo en la puerta fiel reflejo de una sociedad que le importa un carajo el dolor, el no mezclarse con la nada como si eso les hiciera mejores. Una sensación extraña, le recorrió primero el rostro y después todo el cuerpo, aun con el miedo, vivo en la piel, avanzo atravesando el largo patio hasta la puerta principal que se encontraba abierta.
Las dos mujeres están muertas, se sospecha del marido, fueron las palabras del oficial al comunicarse con la central.
Después continuaron las especulaciones, se dijo, que sus familiares, para casarlo habían empleado anti depresivos, bastantes sedantes, que podían dormir, hasta un elefante y que luego, le hablaban de Dios, de los villancicos de navidad.
Era posible que con esas bombas en la cabeza, de gran fulminante, como las utilizadas en Hiroshima, al hombre, no le quedo, más remedio, que casarse o postergarse con algunas reverencias o a hacerse la idea de que no ocurrió y hasta con mayor crueldad hubiera intentado matarse.
Encendió la radio a pilas en el interior del ascensor, estaba solo apretó el botón y el viejo ascensor comenzó a bajar, por el mismo riel que había corrido por más de 10 años.
Cuando en una gran fiesta, se cortaron las cintas de inauguración, invitados además de algunas autoridades.
El ascensor se detuvo, tres pisos antes de llegar a su destino, una mujer subió dejando impregnado un olor muy pasoso en su interior además en cada pasajero que abordo en esa parada de viaje monótono hasta el primer piso.
El hombre de la radio a pilas, apenas sonó el timbre y la puerta se comenzó a abrir, apago el pequeño receptor, debía atravesar el puente y no había escuchado lo que sucedía.
Llego a las afueras del edificio comercial y abordo el primer taxi de letrero libre encendido, en su interior un hombre de gafas negras muy parecida a Mario Puzo sin su gorra tipo che Guevara le comento que estaba pasado en el puente habían incidentes.
Una horda de manifestantes, batallaba con la policía, por mejoras en las condiciones de vida. Es habitual y lamentable agregándole, que un sequito de estos dirigentes, había ido a Santiago a las mismas oficinas del presidente.
Lo escucho con atención, en el interior de su chaqueta, lleva la orden del juez para levantar los cuerpos. No pareció preocuparle en lo más mínimo. Esa orden le serviría de salvoconducto para entrar sin mayores problemas a ese lugar pensó, no muchas veces había tenido en su vida aquella oportunidad y termino por llamarle suerte.
El chofer se negó a seguir avanzando y le exigió que le cancelara la carrera, son 5700 pesos. Al hombre no le quedo más remedio y saco los 10.000 pesos que el abogado le entrego.
Debía caminar un kilometro y medio con los zapatos confeccionados solo para caminar por el blando piso de la consultora de abogados y no por la carretera polvorienta que tenia al frente.
En las inmediaciones del puente, el fuerte olor a lacrimógena, le puso los ojos rojos se acercó a una de las patrullas estacionadas en la berma y le dijo el motivo del porque estaba allí. El chofer de la patrulla le pidió su identificación y le dijo que si se esperaba un rato era posible que la horda se disolviera y huyeran cerro arriba. La radio en el interior de la patrulla serviría para saber, término diciendo el chofer.
Habían pasado más de tres o cuatro horas y la voz entrecortada del parlante de la radio, decía que, el puente estaba despejado de barricas y que además necesitaban más personal y patrullas, para que se hicieran cargo de los detenidos.
Venga, vamos, suba dijo el chofer, sacando el seguro de la puerta trasera de patrulla. En el interior y camino a la villa volvió a sacar el pañuelo y a limpiarse los ojos.
Las humaredas en cada lado del puente eran mudo testimonio de las protesta, el vehículo policial acelero, tomando gran velocidad hasta que se detuvo, en las puertas de la villa. En ella se encontraba, un plástico amarillo, que decía, no entrar policía de investigaciones.
El chofer haciendo un gesto de desaprobación evidente, por las guinchas plásticas le dijo al hombre que se había terminado el viaje.
En la puerta de la villa estaba un oficial de investigaciones, que se encargo de conducirlo al interior.
Aunque el sol alumbraba más de lo común para la zona de Aysén. La habitación donde estaban los cuerpos permanecía a oscuras, ni siquiera al mover las cortinas y dejar que los rayos del sol atravesaran el cristal en su interior, no se lograba ver nada.
El oficial pidió un par de linternas, desde el corredor a otro oficial más joven, quien se apresuró a traer las linternas. Alumbraron toda la extensión de la habitación, dejándola con cierta claridad. Ambas mujeres se encontraban, con el cuello cercenado, casi a punto de cortarse de sus cuerpos además de tener una bolsa de supermercado, cubriéndoles el rostro.
El hombre observo detenidamente y luego ambos, salieron hasta la calle y varios policías entraron con unas maletas metálicas y dos y hasta tres cámaras fotográficas, en las manos.
El oficial firmo, el papel y le dijo en términos gratos que le facilitaría una patrulla que lo llevaría hasta el edificio comercial nuevamente. Le dio la mano y subió a la patrulla que estaba estacionada al otro lado de la calle, donde el mismo cordón plástico, de la entrada principal esta vez cortaba el paso, de los curiosos vecinos, de las infortunadas mujeres.
La anciana de ojos grandes, no le sacaba la vista al aparato de tv, observaba los hechos que minutos antes, habían ocurrido en el puente. Imágenes sin editar, mostraban la violencia de ambos bandos. Manifestantes y policías en una batalla campal, en ambos extremos del puente cercano a la villa.
El timbre sonó, sacándola de la soñolencia que produce el aparato, camino hasta la puerta y miro por el ojo de buey. Se había pasado, las dos ultimas semanas, con un miedo horrible, producto del mismo aparato, que no la habían hecho salir de la casa de compras al supermercado ni al negocio de abarrotes. Saco la cerradura interior y abrió. No lo lograba conocer del todo, pero ese aire familiar es inconfundible. Jaime que haces aquí, hijo dijo la anciana y ambos se fundieron en un abrazo. Pero pasa no te quedes allí, y esta sorpresa dijo la mujer. El hombre se percato del desaseo y el olor a encierro de la casa, que no le hizo notar, porque no quería importunarla. Pasó el umbral de la puerta y dijo en realidad toda una sorpresa y de inmediato le solicito el baño.
La mujer fue hasta la cocina y abriendo el refrigerador saco los dos últimos trozos de carne que tiro sobre el sartén dejándole caer algo de aceite. Y comenzó a hablar un poco más fuerte de lo habitual. Pero hijo, no sabia de ti, largos 5 años, cuando estabas en tu nueva casa en Constitución. Si dijo una voz que se colaba por la pequeña ventana si es cierto vivimos allí 2 años y luego nos fuimos, no soportamos el olor de una compañía de pestilentes, estuve bien enfermo por esa situación. Y tu mujer y la encantadora Natalia, bien ellas están bien dijo en forma escueta con un cierto aire de misterio.
La anciana se notaba contenta, a Jaime lo consideraba como un hijo, no por nada había vivido cerca de 10 años juntos, por ese tiempo ella estaba apunto de jubilar y había conseguido un trabajo para llenar su plantilla de la Isapre, como secretaria en un centro medico.
Jaime comió con voracidad, los dos trozos de carne y dos panes amasados. Ella sin proponérselo, lo había notado más depresivo, que antes, hijo te sientes bien, porque lo dices, claro, es mi parecer estas bastante bien. La escena guardaba algo de misterio también algo de intriga la anciana tía en el tiempo que lo intentaron casar despacha recetas firmadas por el doctor Jünger siquiatra del centro medico, fueron cerca de 6 meses que a Jaime lo habían sometido a fuertes sedantes que lo mantenían en estados lamentables y en más de una ocasión pidió clemencia a no sé que dioses tanto o mas paganos que los que ya existían.
Ella no lo noto muy bien tenia la mirada algo perdida no por nada tomaba las horas de los pacientes del doctor Jünger conocía muy de cerca la depresión o trastorno bipolares de los pacientes siquiátricos que llegaban diariamente a su consulta en el tercer piso del centro medico. Era posible que fueran las secuelas se dijo y lo trato de interrogar Jaime se reusó con respuestas evasivas y luego de terminar de comer le expreso el deseo de quedarse un tiempo con ella antes de pedirle un lugar donde descansar le mostro las ultimas fotografía que se habían sacado con su mujer y la pequeña Natalia. Pareció disfrutarlas y luego de sonsacarle algunos datos fue hasta la habitación contigua a la suya y puso sabanas limpias a la cama y una gruesa frazada. Cuando se durmió busco en la gaveta de los libros la agenda telefónica y luego de un rato marco un número del teléfono, debía llevarlo nuevamente donde Jünger cosa que había conseguido.
Lo hare porque tu me lo haz pedido, hace mucho tiempo que no hago este tipo de tratamientos, tráelo mañana pero te advierto esto puede ser muy peligroso úsalas mismas pastillas, si es necesario, tu sabes ya como se las puedes suministrar si no las toma por lo menos así yo estaré más tranquilo, para mañana termino diciendo.
¿Como estas Jaime? dijo el doctor Jünger en un tono ameno y de calidez familiar que hizo que el hombre al parecer se despejara de cualquiera ensoñación fantasmal, bien doctor, bien, solo he venido por que mi tía me lo a pedido, se a portado muy bien conmigo dijo esbozando una sonrisa, la conversación continuo en un tono ameno, en más de media hora el doctor Jünger tenia más o menos claro algunos aspectos de su personalidad que había olvidado. Si mira estimado Jaime debes juntar todo, y cuando me refiero a todo, hablo de fotografías algunos objetos que hayan comprado juntos cassettes y todo lo que te traiga recuerdos de ella termino diciendo.
Acompáñalo sabe muy bien que debemos ser muy cautelosos, si no el colegio medico me puede clausurar la licencia, te dejare mi teléfono móvil, cualquier cambio me lo haces saber de inmediato, la anciana guardo el papel en su cartera y salió en busca de Jaime que minutos antes le dijo que estaría en la salita de espera de la consulta.
Por lo visto y sin proponérmelo conoceré tu casa de seguro Natalia se pondrá contenta de verme además de Carolina de quien guardo los mejores recuerdos.
Regresaron a casa Jaime le ayudo a limpiar, estaba todo desaseado, seria como devolverle la mano, por su hospitalidad y también, de paso agradecerle los tres días de almuerzos, que ella preparaba muy bien.
Abrir las ventanas de la casa fue lo primero, después unos cubos con agua para restregar las baldosas de la cocina y el baño y luego virutilla y algo de cera de piso, devolverían un poco de vida y limpieza a la pequeña casa. Durante toda la labor se sintieron contentos, más su tía quien había perdido a su marido, ya entrada en edad en un accidente automovilístico, luego de dejar de trabajar en la consulta del doctor Jünger el año 95.
Mañana podrían recopilar los datos que Jünger les había pedido para realizar la hipnosis regresiva es posible además que esto trajera un descanso a la anciana que durante años cargaba con esta especie dharma hindú.
A la mañana siguiente, salieron muy temprano al terminal de buses, el viaje no duraría más de una hora hasta villa, en la entrada poniente de Aysén, donde días antes la intendencia había mandado más contingente policial para calmar según ellos, a los manifestantes cosa que no había ocurrido, cada vez eran mayores los destrozos,(mostrando la intolerancia del gobierno que gracias a sus votos había llegado al palacio de gobierno) en el hospital de Aysén seguían llegando heridos, de las inmediaciones del puente y las casas de la villa.
Los comerciantes del lugar se encontraban todos a favor de las reivindicaciones que llevaban varios meses sin ser cumplidas por el gobierno central pero también habían sufrido el rigor de los desmanes según se escucha en la radio que uno de los pasajeros del bus lleva encendida en el asiento trasero de donde se encontraban Jaime y su anciana tía que escuchaba sorprendida los sucesos.
Estaremos cerca de las tres, traje algunos huevos cocidos, que deje anoche preparado y estos panes, quieres le dijo Jaime quien, con la bulla de la radio, no lograba dormirse. Claro gracias dijo descascaro dos de ellos y los embetuno con algo sal, serviría para hacer más placentero el viaje, hasta que lleguemos, le dio una mordisqueada al huevo y observo el paisaje verde, que se veía por la ventana del bus.
20 minutos de atraso dijo el hombre de la garita, cuando el auxiliar del bus dejo, la hoja de ruta, sobre el escritorio, si nos detuvieron más de lo normal debido a los manifestantes, por suerte los vidrios de la maquina están intactos, no como le paso según me entere a lucho de la 521, si dijo que fueron varios más de 15, quienes salieron por sorpresa de entre los matorrales y lo hicieron detenerse, esta bastante agudo el problema termino diciendo el jefe de garita.
En el terminal, en los negocios, la noticia acaparaba todos los rincones de la ciudad los dirigentes habían escuchado un no rotundo de las autoridades, al dialogo que también involucraba a otras carteras del estado, principalmente educación desde hacia meses.
Salieron del terminal pasadas las 4 de la tarde, aunque el lugar daba la impresión de ser una postal fantasma. Algunos vendedores ambulantes, veían como sus mercaderías de bocados preparados en el día se perderían.
Los problemas de la comunidad habían dejado de entusiasmar, a los turistas además que la policía mantenía a la población en vilos, debido a que el pueblo antes de eso, era una verdadera taza de leche. Los locales nocturnos que en temporada veraniega pasaban repletos cerraban sus puertas por encontrarse sin clientes. El conflicto, los combustibles y otras peticiones de los dirigentes sociales no tenia para cuando terminar y el verano seria historia pronto.
El taxi de techo amarillo estaba estacionado en la vereda poniente Jaime y la anciana atravesaron luego que la luz, quedo en verde y subieron, sacando al conductor de la lectura del matutino. Donde los llevo a la villa dijo Jaime, quien la levantaba de madrugada parecía tenerlo sin fuerza, se estiro dentro del taxi, cuando el chofer dejo el vacío terminal y se encamino por la avenida principal de Aysén. La policía tiene bastante control, de seguro nos tomara más tiempo del habitual, pero no se preocupe les descontare lo que marque el taxímetro termino diciendo (gesto bastante habitual en la zona), todo quedo en silencio, en el interior del taxi, solo la música que el conductor dejo sonando en la radio, hizo que Jaime y la anciana cerraran los ojos. Aunque no se le notaba también la situación le produjo algo de soñolencia.
El taxi se estaciono en la puerta de la casa la anciana noto de inmediato que no había nadie Jaime pago al chofer quien le dio vuelto con puras monedas los billetes parece que también nos han dejado espero que el conflicto se termine luego remato diciendo.
Llegaron a la puerta Jaime toco el timbre y se notaba más nervioso que los otros días, nadie salió. La anciana llamo en la casa contigua y una mujer joven salió de inmediato, cuando vio a Jaime, comenzó a gritar, asesino, te denunciare a la policía y se perdió por la puerta por donde había salido.
Ambos en la calle no entendieron nada, Jaime más nervioso aun le dio un estrellón a la puerta, que con la fuerza cedió y entraron, saco la llave que guardaban de reserva en una planta y pudieron abrir la puerta del interior de la vivienda.
Estaba el desorden, muebles cojines y la antigua biblioteca, estaba destruida encima de la mesa de centro.
Pero que ocurrió aquí dijo, la anciana sorprendida, no lo se dijo Jaime, quien disimulo su nerviosismo y los gritos de la mujer llamándolo asesino, se le repetían en su cabeza.
Saco la gaveta con las fotografías familiares y las reviso, sabes tía quiero irme de aquí, no soporto mas termino diciendo. y tomando la caja además de unos antiguos cassette salieron, la mujer de la casa contigua no estaba, todo eso llamo la atención de la anciana pero no le dio mucha importancia, Jaime tenia sus ojos algo desorbitados y parecía no pestañar, cuando volvieron a la reja de salida de la villa.
Abordaron casi de inmediato un bus, que se detenía para dejar pasajeros, subieron llevando la caja y se sentaron en los asientos cercanos al chofer, de allí directo al centro de la ciudad.
Cuando dejo a Jaime sentado junto a la gaveta, en el asiento del restaurante, se comunico con Jünger. Creo que estamos en problemas y al parecer, su advertencia ya a cobrado sus primeras victimas dijo la anciana, aun más nerviosa además cuando llegamos al villa, porque fuimos en busca de los recuerdos que le pidió, una vecina lo llamo asesino dijo la mujer con la voz media aguardentosa. Los minutos de la llamada telefónica se terminaron y solamente guardaba dos billetes en su bolsillo, trato de tranquilizarse, cuando sintió un grito de Jaime quien la llamaba, mientras el garzón se acercó con el carro, donde estaban los platos del almuerzo. Salió de la caseta telefónica y levanto su mano diciéndole que iría y se introdujo en el baño, sacando algo de papel higiénico abrió una de las tres puertas, en el piso había un periódico que tomo entre sus manos y se sentó en retrete del restaurante.
En las dos paginas cerca de unos avisos de venta de bolsas plásticas leyó lo siguiente: “una mujer y presumible su hija” fueron encontradas por la policía, esta mañana en la villa el sauce, en las afueras de Aysén, se desconocen sus identidades, pero la policía habla de un robo con violencia, el principal sospechoso es el marido de la mujer, de quien se sigue las investigaciones para su identificación, como también del marido, quien se dio a la fuga según relato a los periodista, la vecina de la familia asesinada.
Ya a la anciana no le cabía duda quien estaba afuera Jaime había matado a Natalia y Carolina, pero que hacer dijo cuando su digestión mas el nerviosismo se hacia mas activa en el interior del baño. No sabía si llamar a la policía o mantener todo en silencio.
Venga esto esta muy bueno, quiere algo de vino dijo Jaime, dejando el tenedor sobre el plato, donde se veía un trozo de pescado frito y abundantes ensaladas, si claro dijo la mujer quien se sentó frente a Jaime, no quiso recordarle la escena al interior de villa, con la vecina y trato de calmarse, mientras bebía el vino tinto. Los hechos que más importaban en Aysén en este momento eran los manifestantes y toda la policía, estaría avocada en eso y por lo menos no lo buscarían pensó la mujer, quien estrujo un limón sobre el trozo de pescado con ensaladas.
Después de eso, decidieron pasar la noche en una pensión y viajar al otro día. El cansancio de ambos, se podía observar en los gestos, aletargados al caminar y observar las vitrinas de las tiendas, pasaron a dos lugares, antes obtener un cuarto, estaba bastante más barato, de lo que pensaban y además le entregarían dos toallas, sin el baño compartido, las camas estaban separadas, por una puerta y tenían unos ventanales que dejaban ver el centro de Aysén.
Apenas estuvieron en el interior del cuarto, solo quisieron dormir, se estiraron en sus respectivas camas y el sueño les venció. La anciana en todo momento pensó no decirle nada a la policía, esperaría que el doctor Jünger le hiciera las regresiones.
Después de descansar varias horas Jaime despertó, fue hasta el baño, encendió el pequeño calefón y dejo correr el agua, se jabono completamente el cuerpo y luego acerco su cara al espejo, que colgaba sobre el lavamanos. Saco de la bolsa dos maquinas plásticas de afeitar, que había comprado, durante el corto paseo y se las paso por la cara. Ocupando una para el lado izquierdo y la otra para repasar parte del cuello. Después se dejo caer el champú y se restregó, hasta sentir el casco de la cabeza, el agua pareció reconfortarle.
Mientras se secaba, despertó la anciana, que dejo escapar un putrefacto pedo al bajarse de la cama y calzarse las zapatillas de cordones. Guardo en otro lugar el recorte de diarios y se asomo a observar, a los transeúntes. Y luego se introdujo en el baño.
Se lavo la cara para sacarse la modorra, en la otra habitación Jaime se ponía los calcetines, que había guardado, en el bolsillo de su camisa, para no mojarlos, cuando hubo terminado, golpeo la puerta entre las habitaciones dijo la espero abajo en los comedores y abandono la habitación.
La mujer le escucho mientras terminaba de acomodarse el pelo, con el cepillo lo dejo en la gaveta plástica, junto al estanque y dejo la habitación, bajando lentamente las escaleras hasta el comedor. Jaime había encontrado una mesa desocupada, en el centro del salón apenas la vio le hizo señas. Espere ya hice el pedido, bastante café negro y soda y un ramillete de biscochos con manjar con chocolate además de pan blanco y mantequilla de la zona.
La anciana observo detenidamente el rostro de Jaime, como buscando algún signo de furia o algo parecido, él dos veces se percato pero al parecer no le dio importancia.
Si por favor déjenos el termo de agua y la cafetera aquí dijo Jaime, levantándose y ayudando a sacar los demás utensilios del carro.
Bebieron ambos el café de granos y luego la conversación, se volvió lo que todos hablaban respecto a las reivindicaciones, aunque nunca antes de conocerle, le había preguntado por sus inclinaciones políticas, se dio cuenta enseguida que engrosaba el 57 % de desaprobación a la actual administración.
Quiere salir a recorrer nuevamente el centro dijo Jaime y tu si quiero de nuevo ver esos calcetines y una camisa no me gusta bañarme y ponerme los mismos trapos además el día estuvo hoy caluroso, como pocos termino diciendo.
A la mañana siguiente ambos llegaron al desértico terminal de buses, algunos en las garitas se extrañaron al verlos en el anden tan temprano. El bus no saldría antes de las nueve de la mañana, estaba asumido por norma administrativa, luego de ver las desastrosas perdidas venidas de la parte turística por asuntos de la protesta, que ya a esas horas de la mañana recibía apoyos de organizaciones sociales de algunos países vecinos.
En punto el bus salió del terminal, con destino a casa. La caja de fotografías y cassette la permitieron subir al bus. Jaime la dejo en un pequeño riel, arriba del asiento, donde se ajusto exacto a las dimensiones y se sentó en uno de los dos asiento 12-13 que marcaba el boleto. Saco los audífonos del bolsillo del asiento delantero y calzo el plus en el agujero, no tenia ganas de conversar, además no le quiso comentar el sueño que había tenido. Antes de cerrar los ojos observo, las noticias de la portada del diario austral, que la anciana se prestaba a leer.
En casa hacia algunas horas, la anciana busco en la gaveta el tarro de té, y lo hecho en la tetera Jaime creo que este preparado nos hará mejor, el almuerzo fue bastante liviano. Si dijo Jaime y acerco la taza, en ese momento su mirada, se quedo algo fija, el sueño de la noche anterior, era como verlo, desde una rendija del salón, donde se proyectaba. Volvió a mirar a la anciana y su mirada la encontró hostil, lejano bajo la mirada empezaba a desagradarle de sobre manera toda la situación. No sabia cual con exactitud, era pensar que algo huele mal desde un principio.
No debí venir aquí, fue lo primero que se le vino a la mente, pero porque llegue ha este lugar, fue la segunda frase como una lanza atravesando sus pensamiento. Bebí un poco de té. Ambos se levantaron, en forma casi automática del asiento. Él camino hasta la ventana, donde se veía el pasto seco y algunas flores silvestres, que salían por la orilla del camino en cementado. Los recuerdos volvieron a no decir nada nuevamente. Bebió un pequeño poco de té que solo sirvió para humedecer los labios.
Posiblemente esas fotografías hicieron que se percatara de esos meses con sedantes que no necesitaba de nuevo ver, ni en una pantalla de cine, pero estaban allí como fantasmas mudos del escenario, que había vivido, cuando su tía estaba bastante más joven y energética.
Parecía darse cuenta, que todos esos sedantes, camuflados en la sopa y cuanto se llevo a la boca, esos meses fue por castigarlo, por no dar un si, que todas ellas esperaban.
Volvió a servirse algo mas de té y saco los oscos pensamientos y mordió un pedazo de pan algo añejo que la anciana había traído porque el pan fresco se lo habían acabado a la hora de almuerzo.
La consulta del doctor Jünger estaba repleta, por suerte la anciana la había solicitado por teléfono, apenas habían llegado de regreso a casa.
La sala de espera estaba repleta porque en la oficina del lado junto a la puerta atendía el pediatra quien tenía a esa hora varios pacientes. El pequeño bebía coca cola en la botella pequeña y le escupía la falda a su abuela. Ella algo molesta le dijo que iba a llamar a los carabineros. El niño no le dio importancia, todos sabían que aquella frase por más que quisiera era irreal. Todo el contingente de la ciudad, estaba en las manifestaciones además llegaría en un rato más un avión cargado de ellos, para ayudar a controlar las hordas que bajaban de los cerros, al puente donde ayer habían estado Jaime y la anciana. Él se notaba extraño, su mira estaba fija, en la baldosa de la sala de espera, no pestaño según le contaba los segundos hasta que el minutero no completo los 60 segundos.
En ese momento, la anciana volvió a preguntarle por algunas de las fotos, que ella comenzó a ver.
Estas son de un paseo a la playa, hace unos años, con mis amigos, aquel de gorro no hace mucho se caso dijo Jaime siguieron observando fotografías, Carolina se veía preciosa con jean y polera corta, junto Jaime y la niña de la mano.
Avanzo la fila de pacientes en el interior de la consulta del doctor Jünger, el numero seis en el papel que le había dado la secretaria se volvió nuevamente de voz de secretaria esta viva voz hizo que todos en la pequeña sala de espera levantaran sus cabezas hacia la puerta. Jaime decidió entrar solo luego le seguiría la anciana quien aprovecho de cambiarse unos asientos y ponerse más cerca de la puerta.
Pasa Jaime dijo el doctor Jünger vestido completamente de blanco, tomo asiento frente a él. Y dime que tal te ha ido como te haz sentido, además haz podido reunir todo claro dijo algo mas displicente que la vez anterior. Comenzare por decirte que pases al cuarto cerrado por la cortina y te tires en el diván. Si esta bien dijo se levanto y corrió algo la cortina y se estiro sobre el diván algo mas duro que la silla. No se cuanto demore y no te preocupes por las fotografías yo las alcanzare.
Cuando el doctor estuvo en posición tomo, la libretilla de su bolsillo y un lápiz y sacando una fotografía dijo concéntrate en esta fotografía, quiero los detalles que más te recuerdes, estas palabras la repitió más de una vez, y puso la fotografía delante de sus ojos.
Fuimos de paseo a un zoológico cercano a Santiago, salimos bastante retrasados ese día recuerdo que, a Natalia le compre unos jugos de color de sabor a naranja y que, toda la tarde no hubo caso de que quisiera ver los caballos, lloraba y se aferraba a Carolina mordisqueándole los brazos, tuvimos que comprarle dos helados para que se calmara, almorzamos en el interior del zoológico, recuerdo que el pedazo de carne que, pedimos con ensaladas le faltaba algo de cocción, pedí que me trajeran otro, esta vez más asado, el trozo de carne estaba mejor cocido, pero le falto algo de sal, así que algo molesto, le vacié el salero a los pequeños trozos, que también convide a Natalia.
El doctor seguía atento el relato, su mano entre las sobras, de la habitación de cortinas garateaba algo en el papel. Espera dijo, vas sintiendo los parpados pesados, dejando las anotaciones y poniendo antes sus ojos, el bolígrafo y moviéndolo de un lado a otro.
Luego de un momento Jaime cayó en una especie de trance soñoliento, y lo que Jünger había dicho sobre ser más fuerte mentalmente al tratamiento, se fue por tierra.
Ahora Jaime escucharas solo mi voz. Solo mi voz termino diciendo.




Te llevare hasta el año 1987, el 15 de octubre, son las diez de la mañana y el día es un delicioso lugar para disfrutar, a quien estas mirando dijo el medico volviendo el bolígrafo a la pagina para comenzar la escritura, Jaime dibujo una sonrisa en los labios.
Son mis tías, todas ellas en el comedor, desayunamos es raro se reflejan cosas trasparentes sobre ellas. No nos preocupemos de ellas. Antes de llegar a la mesa donde están dime tía Amanda se ve algo anormal, ella esta en la cocina sirve las tazas de leches con té y pone el pan en la bandeja.
Veo que ella deja caer dos pastillas pequeñas a una de las tazas, son amarillas su color es intenso, me observa sin sacarme los ojos de encima, si me observa desde el corredor, que da al living, luego mi otra tía, trae la bandeja, la ponen frente a mis ojos, en la mesa.
Están serias no hacen ningún movimiento, parecen como regidas. Le doy dos sorbos a la taza y luego un mordisco al trozo de pan. El mundo grita, porque ahí un cadáver, suspendido en la noche, termina diciendo y la imagen se desvanece.
Al cabo de un rato, estaba nuevamente en la sala de espera, del doctor Jünger y la anciana conversaba en el interior con el doctor.
Por lo visto, las dosis que le suministro, no parecen haberle causado daño alguno, a su memoria esto es peligrosa, demasiado peligrosa, nos podrían acusar de darle medicamento a alguien completamente sano y además según me comento, a verlo convertido en un asesino, en una bestia, que ha pensado dígalo. No lo se doctor Jünger, repitió dos veces más y se tomo la cabeza.
Jaime durante esos seis meses, su propia existencia había colapsado ,debido a esos medicamento en muchas ocasiones, parecía encontrarse en otro lugar, mareos y una extraña sensación que varios espíritus, ocupaban su cuerpo, hablaban en el interior de su cabeza, decidiendo su destino. Una mañana llego hasta el baño y lo único que deseaba era salir huyendo, donde huir quizás de su cuerpo o algo parecido, sus ojos amanecían rojos, como si se hubiera emborrachado y su boca se secaba, a ratos le faltaba el aire y luego se queda en el sillón, todos en casa parecían pasar a su lado y escupirle palabras, como una vendetta. Todos parecían cobrarse revancha de sus propios errores y achacárselos todos a él. Durante las tardes salía al patio y reía como un loco y las mujeres volvían a escupirle a degradarlo más mucho más que las pastillas que le daban.
Dimelo(x)

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Borradores y Notas

Mientras Escribo

Estaba la noche

estaba el silencio siendo fragua del murmullo

que viaja como fantasma

en el paisaje la suave silueta Borradores y Notas

como un costado abierto de un pasar silencio

tu mirada inquieta

tu mirada traviesa tu mirada

y vocablos en danza total de cielos reales que laten...

Made in Khayamaoz Aops

Borradores y Notas


"Con su permiso estoy trabajando para ti sobre las nubes... es mi forma de hacer Critica social y escribir de lo que esta pasando le a muchos en esta sociedad y quizás interprete a otros...Si te pones la camiseta sea bienvenido
Saludos Cordiales con su permiso ya suenan sirenas de quien no lo se...